El niño que sufrió por la libertad

La historia estalla cuando el Tribunal Superior de Justicia obliga a una escuela pública en Cataluña, a ofrecer el 25% de las clases en castellano en un aula, algo que una familia había solicitado y denunciado, motivados por una cuestión, tan aparentemente sencilla, como el que su hijo estudiase tanto en castellano como en catalán, hasta ese momento sólo lo hacía en catalán.

El 25% corresponde a 6 horas y 25 minutos semanales de castellano, apuntando que el colegio pertenece a un municipio catalán y este municipio forma parte de España, un detalle que igual muchos olvidan.

Está decisión del Tribunal es informada al resto de padres del curso, tras la noticia se “organizan" los padres críticos con la nueva norma, y comienza un acoso sin mesura al niño y la familia. Los medios se hacen eco y se ven envueltos en ataques sin precedentes.

Peticiones de apedrear al niño, de aislarle, datos familiares publicados, nombres , dirección de la familia y un largo etcétera. Una cuestión que pone los pelos de punta, que deja patente la indefensión de quienes exigen sus derechos, de quienes aceptan la ley, de quienes se ven expuestos ante la macabra rueda de los extremos catalanistas.

Somos espectadores o podemos tomar parte y decir que es una absoluta aberración el señalamiento y linchamiento público a quienes quieren libertad, algo con lo que a la mayoría se les llena la boca , pero no solo me refiero a políticos, también ciudadanos de a pie como tú o yo.

¡Libertad! Decimos mientras a nuestro alrededor se desata una batalla campal que se aleja mucho de esa palabra.

Español, parece sencillo, debería unirnos y  se encargan, de que en nuestro país , el idioma se haya convertido en muchos territorios, en la brecha más significativa.

La escuela nunca debería ser instrumento de imposición ni alineación, la escuela debe ser libertad, un lugar seguro para todos.

El silencio nos hace cómplices, ya es suficiente. El más atronador es el del  Ministerio de Educación,  quien con una llamada ofreciendo su  colaboración a la Generalitat para que no se produzca acoso, parece cubrir expediente. Contundencia por favor, cuando este gobierno nos hace creer que la bandera de los derechos, de la igualdad y las libertades es suya.

No nos pongamos del lado del asqueroso sectarismo y el acoso desmesurado.

Tristemente hay muchos “niños de Canet" a lo largo de la historia, esperemos que sirva este, para despertar conciencias , reflexionar sobre la realidad de un país que permite que esto suceda, que seamos conscientes que la apisonadora puesta en marcha puede aplastarnos a todos.

Yo con la familia de Canet, yo con la libertad.