Septiembre fallero

Septiembre es el mes de la vuelta al cole, septiembre es fallero.

Tras el tiempo estival, tan anormal que hemos vivido, llega septiembre . Un septiembre que mantiene la vuelta al cole, institutos o universidades, vuelta al trabajo y vuelta a Las Fallas.

Un septiembre con fallas abriéndose paso entre chubascos tormentosos, y después con tirantes y abanicos, ese conjunto de personas que no se quedan con el simple hecho de vestirse con un traje de fallero, si no que tejen un conjunto de esfuerzos, tradiciones, movimientos económicos, un mundo que encierra tanto y tan importante para cada barrio, ciudad o pueblo que tiene fallas, que a veces es inapreciable dentro de lo cotidiano de unas fiestas.

Fallas en verano, lo ha marcado y condicionado un virus que a punto de empezar la fiesta en 2019, se introdujo tan adentro, que ha tenido al gremio en estado casi comatoso.

Resurge, no había lugar a la duda, cada sentimiento, son fuerza, furia, ánimo, trabajo.

Desde los talleres de artistas con sus monumentos dormidos, desde las agujas de indumentaristas, desde las manos de peluqueros que quieren peinar moños y poner rodetes, desde las pirotecnias que desean que suene el tronar de su pólvora y mucho, mucho más, buñoleros, vendedores de globos o algodón de azúcar y en la base de la pirámide ese grupo de falleros que empuja para que se mueva y produzca la admirable magia de las fallas.

En septiembre lo han hecho posible, con muchas dificultades, pero con esa oportunidad de volver a sorprender, de hacer que todo continúe de seguir rodando a pesar de todas los baches del camino.

Esta editorial es de aplauso al septiembre fallero, de reconocimiento a la energía que han hecho brotar cuando la luz parecía apagada.

Volvemos al cole, tras las fallas. Y ya volverá marzo, hoy se queman las fallas y comienza la semana con libros, clases y si nos dejan “unos y otros” será con el aroma de lo cotidiano.

¡Feliz vuelta al cole!