Las Casas y Los Corrales de Utiel, 170 años de una segregación malograda

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8.Las Casas


Durante buena parte de la Edad Media y Moderna la “comarca nuclear” se dividió en dos únicas entidades políticas y territoriales: Requena y Utiel. El resto del extenso territorio se encontraba repartido entre los alfoces de ambas villas, con una población diseminada muy reducida en granjas, casas de labor y caseríos relativamente alejados de los dos grandes centros. Algunos de estos pequeños núcleos medraron con el paso de los siglos, naciendo pueblos que finalmente reclamarían la emancipación. Requena fue la más afectada por este fenómeno, el primer caso fue Villargordo del Cabriel en 1747, le seguiría Camporrobles en 1782, y tras varios tira y afloja, de manera definitiva en 1836 Caudete de Las Fuentes, Fuenterrobles y Venta del Moro. Utiel tampoco fue ajeno a estas pretensiones independentistas de sus aldeas. En 1822 Las Cuevas inicio un fracasado expediente de segregación donde buscaba hacerse con un extenso municipio que incluyese La Torre, Casas de Iñíguez, Casas Royas y Casa del Collado.


Así pues, con la consolidación del Estado Liberal en el reinado de Isabel II se definieron las fronteras municipales que todos conocemos y han perdurado con mínimos retoques hasta la actualidad. Lo cual no quiere decir que acontecieran otras intentonas secesionistas. En 1937 Jaraguas y Campo Arcís lo solicitaron respectivamente a los consejos municipales de Venta del Moro y Requena. Aunque más conocida es la emancipación frustrada San Antonio, exigida en 1925, conseguida bajo el nombre “Vegalibre” entre 1937-1939 y reclamada nuevamente en 1983-1989. Sin embargo, la intentona que más cerca estuvo de consolidarse como otro pueblo más, sería el de Las Casas y Los Corrales de Utiel, entre 1848-1851.


Las Casas y Los Corrales nacieron en la Baja Edad Media como una serie de casas de labor y corrales al norte de la Dehesa del Ardal. El reparto de esta propiedad comunal en 1789 apuntaló ambos núcleos como centros del proceso de colonización agrario, compartiendo tenencia eclesiástica propia desde 1799. Un apogeo reflejado en el valor artístico de sus dos iglesias neoclásicas, San José y San Pedro, y que durante todo el siglo XIX iría en ascenso gracias a la expansión vinícola.


Así llegamos al 5 de marzo de 1848, cuando por una Real Orden de Isabel II las aldeas de Las Casas y Los Corrales quedaban segregadas de Utiel y se constituían en municipio. Una iniciativa que había sido impulsada en exclusiva por Jaime Ramírez, un requenense de 51 años avecinado en Los Corrales, casado con Tomasa Altava (de 34 años original de Cantavieja), y que vivía junto a sus dos sobrinos veinteañeros (Rafael y Francisco Villarroya), dos criadas de Cantavieja (Francisca Ibáñez y Jacinta Gascón), y dos criados de Requena y Utiel (Francisco Cárcel y Manuel Cabañas).


Gracias al padrón municipal de la Villa de Utiel de ese mismo año, sabemos que la nueva villa bicéfala estaba habitada por 303 caseños y 227 corraleños. Según la memoria oral, las reuniones del ayuntamiento fueron en una casona de la plaza de San Pedro, en Los Corrales, lo cual sería motivo de gran tensión con Las Casas. En marzo de 1849 se realizó el deslinde del término con Utiel, que generó importantes disgustos y según Ballesteros Viana, los utielanos “no se manifestaron esta vez con toda la hidalguía de su carácter”.


Una emancipación que al parecer fue muy conflictiva. El bando “separatista” de Jaime Ramírez se topó con la resistencia de un importante grupo de “unionistas” liderados por Juan Manuel Ballesteros. Un vecino de 66 años natural de Las Casas, casado con la también utielana María Iranzo de 69 años, resguardando bajo su techo a su hija Agustina, su yerno Francisco García y sus seis hijos (Juan Francisco, Juan Antonio, Pedro Antonio, Marcelino, Benita y María). Este hombre finalmente representó a un buen número de habitantes para pedir revocar la orden en Madrid. La petición fue aceptada y finalmente el 9 de enero de 1851 se acordaba la reintegración a Utiel. De este modo finalizó la breve pero intensa segregación de Las Casas y Los Corrales, de tan solo 33 meses de duración.


La emancipación de Las Casas y Los Corrales podría enmarcarse dentro de las viejas rencillas entre Utiel y Requena. Al fin y al cabo, se trató de una iniciativa personalista de un requenense, cuya atención en Madrid vino sin duda de la mano de los contactos que tenía la burguesía de Requena en la corte real. La segregación de las dos aldeas habría sido un duro mazazo para una cada vez más boyante Utiel, creciendo a marchas forzadas gracias a su viticultura comercial e industria del aguardiente, y que amenazaba el estatus de una sedera Requena en plena decadencia. E igualmente, su vuelta a Utiel se puede entender dentro de las rencillas entre ambas aldeas, pues las disputas entre "gavilleros" de Los Corrales y "gatos rojos" de Las Casas hacia prácticamente imposible un consistorio donde el entendimiento prevaleciera. Aunque parece ser que el motivo principal fue la gravosa, perjudicial e insostenible fiscalidad sufrida por los vecinos, comprobando que era mejor la condición como pedanía que la nueva municipalidad.


Así fue la segregación malograda de Las Casas y Los Corrales, de cuyo fracaso este año conmemoramos 170 años.   

2 Comentarios

1

Muy interesante y creo que poco conocido este acontecimiento.

escrito por Ángel 29/sep/21    15:35
2

Muy interesante y creo que poco conocido este acontecimiento.

escrito por Ángel 29/sep/21    15:35

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