22:00 horas, tic-tac, ganas de fiesta

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Primer fin de semana desde hace 5 meses con bares, restaurantes, pubs etc. abiertos hasta las 22:00 horas.


Se respira ganas de fiesta, pero de fiesta de noche, salir, bailar y bailar.


No encasillemos sólo a jóvenes en este deseo, la horquilla de edad es amplia, todos ocultamos un punto interno de diversión descontrolada, que tal vez se ha acentuado con todo esto de "quédate en casa". 


Ayer en toda la Comunidad Valenciana las terrazas vibraban, los jóvenes y no tan jóvenes llenaban locales con la necesidad de vida, de contacto, de reír y olvidar.


Seguimos con la incidencia más baja de todo el país, parece que los valencianos nos hemos tomado en serio esto, pero ahora después del gran esfuerzo, igual toca fiesta , ansiamos un verano de verdad, de los de antaño, quizás lo rozamos ya.


Entre tanto nuevas cepas sobrevuelan, acecha la información de seguir con toque de queda. El ser humano nos adaptamos absolutamente a todo, en este horario podemos montar un festival remember, en el que suene y retumbe “flying free” en cualquier rincón del pueblo, o una verbena en la que todos bailemos “tambor, tambor" a las cuatro de la tarde y hasta las diez, de momento. ¡Eso sí! Si se permite en todas las localidades la celebración de eventos, manteniendo medidas, pero recuperando un poco de vida, ayudando y pensando en todas esas empresas de eventos y relacionadas con la fiesta, bien de un modo u otro, que buena falta hace.


Con ganas de retomar muchas cosas que hacen que se olviden otras. El meneo político que tenemos, los datos económicos, las cosas perdidas en todos estos meses y con tantas ganas de fiesta, que hasta dentro de unos meses, seremos capaces de olvidar que fuera de todo esto, la bola de la vida nos engulle sin mesura.


Vecinos, vecinas y vecines, amigos, amigas y amigues, ya hemos vivido nuestro primer fin de semana hasta las 22 horas, avanzamos, las primeras fiestas controladas ya se dispusieron ayer en mesas de seis, con buen tiempo, con amigos, con familia, con ganas, con muchas ganas de fiesta pero sujetando el tiempo, apurando los minutos para no saltarnos el toque de queda.


Una semana, quince días o meses, a merced del virus, a merced de decisiones políticas a merced de la vida y con ganas de fiesta.

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