Vacuna, esperanza o miedo

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AstraZeneca ha pasado de actriz secundaria a principal en los últimos días, es protagonista en el 90% de conversaciones en el trabajo o en el café matinal, en las casas y en los medios.


Parecía que la vacuna era el gran milagro, la única esperanza y visto lo visto tal vez si, porque anuncian crisis, se palpa el desasosiego, el agotamiento y el triste hábito de vivir como vivimos.


Una esperanza que se alarga en el tiempo, en una montaña rusa de ahora si y después no, de nos la ponen hoy y mañana la paralizan. Un zigzag que abruma mentes, realmente todas las vacunas pueden causar efectos secundarios, da igual como se llame, de hecho todos conocemos a alguien inoculado con Pfizer que ha tenido fiebre y malestar .


¿Qué pasará con los miles de personas que tienen puesta la primera dosis de AstraZeneca?, ¿segunda dosis de la misma o de otra?, pues no se sabe, ni ellos saben que hacer, abocados a buscar la inmunidad porque todos queremos un poco de paz, de tranquilidad, de sol entre tanta nube y la esperanza pasa por la vacuna.


Mientras, un juego con nuestras capacidades mentales, culpas y reproches para Europa, o para un gobierno que no consigue vacunar al ritmo anunciado, quizás mejor pensar que todo marcha bien, que en unos meses tendremos la inmunidad del rebaño,( rebaño ya somos, me apuntan mientras leo en voz alta), pero para estar tranquilos ante el Covid nos queda para rato.


-Las vacunas no pueden salir tan rápido, ¡cómo no van a tener efectos secundarios!

-Las cosas han evolucionado, las técnicas, la ciencia, son vacunas seguras, todas lo son

-Ya , ¿entonces por qué paralizan la vacunación?

-Pues por intereses políticos y económicos

-Pues yo estoy deseando que me llamen, me pongo la que sea

- Yo tengo miedo por si me pasa algo

- Más de lo que nos pasa ya no nos puede pasar

-A mi no me importa no poder salir de casa, mientras tenga salud

-Claro tienes dinero para vivir sin salir

-Bueno venir al café que no me lo quiten otra vez.

-Pues yo prefiero vivir libre como antes sin este bicho

-Mi hija no se va a poner la segunda dosis, si no es la misma, y en su colegio todos opinan igual

-¡Que se vacunen chica! Con esa o la que sea.


E aquí la conversación de dos señoras, aparentemente de unos 60 años, osadía aventurarme en poner edad, pero creo que por ahí andarían, ayer a las 10 de la mañana mientras tomaban su café antes de ir al mercado, saquen sus propias conclusiones. Yo escuchaba en la otra mesa, a dos metros, con mi zumo de naranja atento, muy atento al miedo, a la incertidumbre y a la esperanza, esa que nunca debe faltar.


¡Yo me vacuno!

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