Como una ola

|

EDITORIAL




La semana termina, ha sido de lo más variopinta, un ir y venir de noticias, mezcladas con unas “no fallas”, que aún sin ser celebradas permitían un pequeño despeje en unos días de convulsiones políticas y de vacunas.


Gobierno o desgobierno, Madrid la capital de nuestro querido país, parece ser que será quien decline la tendencia política en los próximos años, derecha o izquierda, las cartas boca arriba, un todo o nada para la mujer, políticamente hablando, del momento.


Votaciones necesarias para unos e innecesarias para otros, habrá que ver cómo estamos el próximo 4 de mayo, si la cuarta ola nos ha arrollado o la marea es baja.


Mis vecinos de mesa, a dos metros por supuesto, en una  terraza, charlaban sobre el tema, “lo de Madrid es otra liga”, “esa mujer le ha echado huevos”, el interlocutor le respondía, “no , está loca, ¡qué dices! ahora les hace salir a votar”; y es que en este sainete hay opiniones para todos los gustos, sea como fuere y pase lo que pase ya lo deja claro el dicho “de Madrid al cielo”, que para unos el cielo es de color azul y rojo para otros, se aceptarán mezclas para dar vistosidad cromática.


A mitad de semana la ilusión desbordada de los docentes, ya con sus horarios de vacunación, y todo listo para ser inoculados con la vacuna de la esperanza, a veces las cosas llegan como un huracán, un “no pongáis ninguna vacuna más” paraba los tiempos a muchos y aceleraba el corazón de los que ya tenían AstraZeneca por sus venas. Montaña rusa en toda regla, un sube y baja de incertidumbre e incluso miedo.


Ayer se anunciaba que se retoma la vacunación, pero muchos docentes se ciernen ante la duda de un sí o un no. Lo meridianamente claro es que si no hubiera seguridad no volverían a dar luz verde, seamos optimistas y confiemos.


Semana que también ha sido fallera, rara pero fallera, sin ruido de petardos, sin música de charanga por la calle de esa que pone a bailar el alma cuando los oídos la escuchan aunque sea lejos. Las comisiones afanadas en que no se “extinga la llama”, con ideas virtuales, usando lo que más cerca nos mantiene en tiempos de pandemia, la tecnología,  las redes, el mundo digital.


El resultado satisfactorio con merecido reconocimiento a los falleros, ya que en algún momento nos trasladaron a la evocación de aquellos marzos en los que teníamos fallas.


Mejor si el tiempo hubiese acompañado, porque tomar una cerveza al sol en plenas fallas, es escapar de lo cotidiano, pero el frio también quiso estar esta semana, incluso la nieve, para dejarla en una semana con cartel de completo.


De todo, como una ola, de las que puede cubrir por completo  o ser el agradable golpeo en unos pies a la orilla del mar.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Publicidad