Descomposición naranja

Ciudadanos marcaba su paso en la última semana, tras los catastróficos resultados de las elecciones catalanas, el partido naranja dinamitaba su formación con la moción de censura en la Comunidad murciana, un vaivén descarrilado que lleva al partido a sus momentos más bajos y probablemente a su desaparición en próximos comicios.

Inentendible su postura, más tras las declaraciones, hace tan sólo unos meses de su dirigente, al respecto de las mociones en momentos de crisis sanitaria y social como la que vive nuestro país. Se apresuró en sus palabras, o cambió su pensamiento.

Las dudas se ciernen sobre la estrategia de Arrimadas que en pocas horas perdió los gobiernos de Murcia y Madrid, ¿qué quiere ser partido de centro derecha o de centro izquierda?, ¿mantenerse o desaparecer?.

Los votantes de Ciudadanos asisten, la mayoría, estupefactos a unos movimientos inesperados, eso mismo ha sucedido con muchos de sus dirigentes, como es el caso del diputado valenciano Toni Cantó, quien mostró su malestar con la estrategia de mociones.

Maremagnum político en toda regla, a nivel nacional, autonómico e incluso municipal.

En las localidades de la comarca Utiel-Requena, tan solo el municipio de Caudete de las Fuentes tiene, aparentemente fuerte, a “los naranjas”, su alcaldesa revalidaba cargo en las elecciones de 2019. Un único concejal en Requena que sobrevive en soledad ante la avalancha de la izquierda y una oposición liderada por el Partido Popular. Utiel eliminó con sus votos la representación que  Ciudadanos tenía en el consistorio, un concejal que desaparecía tras los resultados de los comicios y que dejaba a los Populares haciendo frente único al PSOE y Unidas Podemos.

La descomposición naranja sigue su rueda, una gestión que rompe con la línea de Albert Rivera, que parte las esperanzas de aquellos que depositaron su confianza en un partido que llegaba fresco y enérgico, alternativa a lo conocido, pero ya dice el refrán que buena es la pelea ganada pero mejor es la evitada.