"Sigo siendo un tipo de pueblo."

Máximo Huerta Hernández _Utiel 26 de Enero de 1971

Máximo, ese es el nombre que pone en su DNI aunque en su familia le llaman Maxi, ese es su nombre para los que le quieren desde niño, así le dice su gente y así le llaman sus primas de Utiel. Hoy cumple 50 años.

Periodista,  escritor, ministro, fue distinguido con el premio Primavera 2014 con su novela La noche soñada.

Le encanta el aroma a lavanda, mientras contesta a esta entrevista, le apetecería comer una torta de tajadas, muy típica de nuestra zona. Nos cuenta que 2020 ha sido un año difícil para él, al igual que para todos. Le gusta escuchar “Aquellas pequeñas cosas" de Serrat, si tuviese que elegir un personaje histórico apunta que sería cualquier médico que da un a avance. Los personajes de sus novelas van redondeando su vida a costa de la suya.

En esta entrevista nos habla de su regreso a la televisión Valenciana con un gran magazine de tarde "Bona vesprada", de sus recuerdos de niñez en Utiel y de los buenos vinos de la D.O Utiel Requena,  un embajador de nuestra Comarca, un defensor de las raíces, cercano y con gran sentido del humor.

• ¿Cómo era de niño Máximo Huerta? Un  niño callado, hogareño y muy lector. Me gustaba dibujar, hacer recortables y escapar a por libros a la biblioteca. Muy soñador.

• ¿Qué queda de ese niño? La inocencia la va borrando la vida a golpes y desgarros; pero del niño Maxi queda la misma capacidad por ilusionarse con las cosas que le gustan. Sigo siendo un tipo de pueblo y hogareño. Me gusta mi casa.

• ¿El mejor recuerdo de Utiel? Sin lugar a dudas el día del Recibimiento. El olor a fiesta y a espliego pisado en la calle Santa María. Vuelvo a ver el callejón del candil, vuelvo a comer dulces del horno de la Reme, a colarme en la mercería Verdejo y a ir a la Fuente a feriarme algo. Me viene hasta el sabor del agraz que vendían en un puesto del principio.

• ¿Cómo sienta volver a casa, tanto personal como profesionalmente? Volver es recuperar la tranquilidad. Nunca me he ido del todo, siempre estoy. Y cuando estoy fuera, tengo mis vinos. Mis buenos vinos de Utiel-Requena. Profesionalmente es un gustazo porque es aquí donde empecé y me parece maravilloso volver a la tele autonómica valenciana con un gran magazine de tarde. Cercanía, información y compañía.

•  ¿Cree que es fácil llevar la televisión valenciana a zonas como la nuestra donde se habla castellano? La vieja televisión valenciana era muy vista, debemos volver a ver la nueva tele. Y no nos cuesta nada entender el valenciano. Yo mismo, nacido en Utiel, presento un programa de cuatro horas. Es parte de nuestra cultura y la entendemos. Nos hace más grandes. Y no hay ningún problema, quien hable castellano también sale en la tele.

• ¿Qué perdió y que ganó tras ser nombrado  Ministro de Cultura? Queda muy lejos, quedan buenos recuerdos, la responsabilidad adquirida y la ilusión por hacerlo bien. Se truncó, fin.

•  ¿Qué le hubiera gustado hacer como Ministro? Valorar nuestra cultura, apoyarla, gestionarla bien, enorgullecernos de ella, darle vida. La cultura es lo que nos hace mejores. Y cuando morimos es lo que queda: la gastronomía, los libros, las canciones, las leyendas… La cultura nos sobrevive. Es transversal y es bueno reivindicarla.

• ¿Cómo se compagina un presentador con un escritor? Como siempre. Escribo por la mañana y presento por la tarde.

• ¿De sus libros, tiene alguno predilecto? La noche soñada recibió el Premio Primavera de Novela 2014 de manos de Ana María Matute. Un gran momento en mi vida. Un grandísimo recuerdo.

•  ¿Que tienen de ti tus novelas? Todas las novelas pertenecen al autor. Como Delibes, mis personajes van redondeando su vida a costa de la mía. Personajes que nacen de mi mundo interior, de mis inquietudes, de mis miedos, de mis anhelos y también de mis inquebrantables fidelidades. Crear tipos vivos, he ahí el principal deber del novelista.

Si Máximo Huerta tuviera que elegir un libro sería “No me dejes", a nosotros nos ha encantado que nos dejase hacerle esta entrevista,  en la que una vez más eleva su persona por encima del resto de sus cualidades.