​“La revolución de las velas”: un cambio de paradigma en Utiel.

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Velas Utiel



Mi generación, aquella nacida en la última década del siglo XX y que poco recuerda de ese siglo, creció en una situación traumática para Utiel. Hasta entonces la ciudad había saboreado los últimos coletazos de su edad dorada, su gran esplendor como un relevante centro vinatero, comercial e industrial a nivel nacional. El fin de esa etapa definiría una sociedad depresiva que no sabía ubicarse, pues sin ser un pueblo más de la España rural, tampoco se identificaba con una boyante ciudad. Trágicamente en esa situación fuimos educados, con una visión muy pesimista y desalentadora del pueblo, lo que ocasionó un desarraigo autodestructivo.


Las siguientes líneas no buscan profundizar en los porqués de ese desarraigo, de los grandes errores que harían fracasar los intentos de reconvertir la economía local, o el abandono institucional a medida que se consolidaba el Estado autonómico (el originariamente llamado “Tapón de la Jedrea”). Estos son temas que merecen ser abordados por separado. El objetivo de hoy es tratar la drástica ruptura acaecida en los últimos seis años respecto a esta dinámica de desarraigo y desvalorización de la cultura utielana. Pues con anterioridad, entre la inmensa mayoría de la ciudadanía reinaba el desconocimiento al respecto de su historia, su patrimonio o su singular identidad. La tan escuchada frase: “En Utiel no hay nada que ver.”


El cambio, el momento que la gente de Utiel comprobó que su ciudad era mucho más de lo que se le había dicho, ocurriría la noche del 25 de abril de 2015. La celebración de “Utiel, 250 años a la luz de las velas” supuso reinventar una bella tradición totalmente olvidada que tenemos documentada entre 1500 y 1764. También permitió la colaboración de la sociedad civil como hacía mucho que no se veía, despertando una comunidad humana ciertamente adormecida. Pero, ante todo, reconcilió a los utielanos con Utiel, demostró que su patrimonio podía ser un atractivo para todos los públicos.


La primera edición de “Utiel a la luz de las velas” abrió los ojos a muchos sobre el potencial turístico que emanaba la ciudad. Una nueva visión de la población que ha continuado con enorme énfasis. El nacimiento de la Asociación Cultural Serratilla ese mismo año, cuyas numerosas actividades han seguido siempre su lema “Redescubriendo Utiel”, marcaría el rumbo a seguir sobre la recuperación y puesta en valor del patrimonio. Paralelamente, se consolidaban otros macro-eventos turísticos que sirven como altavoz, entre los cuales destaca la Asociación Histórico-Cultural Héroes del Tollo y sus “Jornadas conmemorativas de la Acción de Utiel o Batalla del Tollo (1812)”. A todo esto, ha comenzado un lento pero importantísimo proceso de restauración y promoción turística de algunos de los recursos más relevantes. Se ha creado el necesario Museo Municipal en la Casa Alamanzón; con enrome impacto, son visitables la red de bodegas subterráneas de Puerta Nueva y el túnel bajomedieval de Ariño; se han recuperado dos cuevas-bodegas en la Puerta del Sol y el Refugio de la Guerra Civil de Beato Gálvez; se ha emprendido la restauración de la Iglesia de la Asunción, con una complejidad nunca vista antes en la comarca; se ha impulsado el proyecto deportivo-paisajístico de Negrete Park, ha comenzado la rehabilitación de la muralla medieval y se ha empezado a dar el valor que se merece al conjunto histórico-artístico del Casco Antiguo. E incluso la iniciativa privada comienza a interesarse, pues no olvidemos que era impensable una renovación tan acertada como la del Café Salón Pérez hace unos años. En definitiva, se ha creado un círculo virtuoso, donde las distintas iniciativas se retroalimentan en beneficio de la población. Utiel está aprendiendo a quererse, y eso se nota en la calle, cada vez más utielanos se enorgullecen al redescubrir su pueblo y más visitantes quedan asombrados por las peculiaridades que nos hacen únicos.


A pesar de las dificultades que suponen a nivel nacional la crisis del coronavirus, esta dinámica parece continuar. Una labor fundamental para la revitalización socioeconómica de nuestra población, y con ella, toda la comarca. Un cambio de paradigma comenzado en “Las Velas” de 2015 y que ha supuesto una verdadera revolución en positivo para Utiel y nuestra identidad como pueblo. Aún queda mucho trabajo por delante, pero vamos por buen camino. 

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